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En las faldas precordilleranas de La Florida, en un terreno cargado de historia y memoria, nació el sueño de un grupo de sacerdotes salesianos liderados por Monseñor Ricardo Ezzati: crear un espacio para el encuentro con Dios, la formación y el diálogo, donde la naturaleza misma acompañara el camino espiritual de quienes lo visitaran.
El lugar de Lo Cañas ha sido testigo de hechos que marcaron al país, desde la histórica masacre de 1891 hasta encuentros trascendentes entre la Iglesia y el Estado. Aquí vivió el Cardenal Raúl Silva Henríquez, defensor incansable de la dignidad humana, y también fue honrado con la visita de San Juan Pablo II, dejando una huella imborrable de fe y esperanza.
A lo largo de los años, la Casa de Retiro ha sido sede de importantes reuniones de la Conferencia Episcopal de Chile junto a autoridades gubernamentales, donde se han alcanzado acuerdos que han marcado la vida de la Iglesia y su servicio al pueblo.
Hoy, la Casa de Retiro Lo Cañas mantiene viva su misión: ser un refugio donde la fe se fortalece, las comunidades se forman y el espíritu se renueva. Cada rincón está pensado para que quienes la visiten puedan vivir una experiencia profunda de oración, formación y encuentro fraterno, en armonía con la creación.
Orígenes precoloniales y colonia:
Lo Cañas era originalmente una extensa hacienda precordillerana, conocida por su producción agrícola y vitivinícola. Desde inicios del siglo XVII cambió múltiples dueños, incluyendo a don Juan Jufré, la familia Cañas-Vicuña, y el diputado Carlos Walker Martínez, quien consolidó gran parte del fundo.
Transición urbana y patrimonial:
Desde mediados del siglo XX, Lo Cañas pasó de ser rural a formar parte del desarrollo urbano de La Florida, convirtiéndose en una zona residencial con amplias áreas verdes. Hoy conserva un carácter semi-rural gracias a parcelas y espacios naturales precordilleranos.
Recorre espacios relevantes para nosotros, entre ellas están nuestras capillas, auditorios y habitaciones.
Para que puedas tener una pincelada de esté hermoso lugar.
¡Descubre y agenda un día para visitarnos!
Hitos de la Casa de Retiro Lo Cañas
La Casa de Retiro Lo Cañas no solo fue pensada como un espacio de encuentro, sino como un verdadero signo visible de espiritualidad. Su diseño arquitectónico está inspirado en la figura de una paloma, símbolo del Espíritu Santo, haciendo de cada rincón una invitación a la paz y la oración.
Este diseño, lleno de simbolismo, es la razón por la que también se la llama “Casa de la Espiritualidad”: porque en su arquitectura se refleja la presencia del Espíritu Santo que acompaña a cada visitante.
Los cinco pabellones de habitaciones conforman la cola de la paloma, imagen de apertura y envío, como quienes son enviados al mundo después de un tiempo de retiro y renovación.
Los exteriores de la Casa de Retiro Lo Cañas ofrecen amplios paños de prados verdes y una rica variedad de árboles: olivos, araucarias, palmeras, eucaliptos, parras y frutales, que enmarcan el espacio en un cuadro perfecto con la majestuosidad de la cordillera de los Andes al fondo. Un entorno pensado para el descanso, la contemplación y el encuentro con el Padre a través de la belleza de la creación.
“Don Bosco privilegiaba los tiempos de comunión solitaria con Dios, alentaba los retiros y los períodos de silencio entre sus jóvenes…”
Esta reflexión nos invita a valorar el espacio interior como núcleo de la vida salesiana: un lugar donde no solo se enseña, sino que se cultiva la unión con Dios a través del silencio, la oración y el retiro.
También es inspirador recordar cómo Don Bosco estructuró su comunidad según esta visión espiritual:
Estas enseñanzas reflejan el corazón del proyecto de Lo Cañas: un lugar donde el retiro no es solo una pausa, sino una oportunidad para reencontrarse con Dios en paz, en silencio y en comunidad.
En la Casa de Retiro Lo Cañas, el arte también habla de fe. Nuestra galería reúne cuadros y estatuas que acompañan el camino espiritual de quienes nos visitan, comenzando por las figuras que inspiran nuestro carisma Salesiano: San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud; Santa María Mazzarello, cofundadora de las Hijas de María Auxiliadora; y San Francisco de Sales, patrono que nos recuerda vivir la fe con amabilidad y profundidad.
Cada obra es una invitación a contemplar y a reconocer, en los detalles del arte, la presencia viva de quienes marcaron el camino Salesiano.